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domingo, 19 de septiembre de 2010

Znojmo, la tierra de los buenos vinos blancos







Eran las 20,30 horas del 17 de septiembre de 2010 cuando se hizo oficial la entrega del premio que la Academia Europea de Periodismo Turístico en el bello teatro de la ciudad de Znojmo a Ladislao Jisa, director del Festival de Gastronomía en la Radio y en la Televisión. Allí nuestro presidente Miroslav Navara, muy bien introducido por el presentador de la gala ofició el acto de entrega del premio. Aplausos.

Pero no fue sólo una jornada de gala, sino que el día estuvo dividió en tres partes: Visita al aeropuerto deportivo de la ciudad, donde un día se entrevistaran los presidentes de Chequia y Austria. Guardan como oro en paño y muestran la bandera que les firmo Haclav Havel al aeródromo y donde cómo anécdota sólo estaba permitido por seguridad que tres personas del aeropuerto estuvieran presentes. No se sabe cómo pero a la llegada del presidente de la República Checa un simpático jubilado saltándose el cordón de seguridad, se acercó a Havel y le dio la bienvenida a Znojmo. Todos quedaron asombrados por el hecho y porque se salto la tan “segura” seguridad. José, el presidente, dueño de la empresa Polytrans, http://www.poly_trans.cz/ nos enseña con todo orgullo las instalaciones. Un avión ultraligero servirá para dar, individualmente, una vuelta aérea por los alrededores de la ciudad. El viento está totalmente calmado y el viaje es una delicia.

La segunda etapa del día comienza en el Tren del Festival. Un tren que circula entre Znojmo y la cercana ciudad austriaca de Retz, con la que se encuentra muy unida, y que nos acerca al pueblo de Sátov, sede de la compañía vitivinícola Znovín Znjomo, donde su dinámico presidente Pablo Vajcner nos hace recorrer las bodegas donde se guardan los caldos que Napoleón llegó a probar, pues no en balde se alojó en un palacio de la ciudad de Znojmo poco antes de la batalla de Wagram. Una inscripción en las catacumbas donde hay más de 2.500 cajas para conservar los excelentes vinos que producen y que famosos y empresarios de Chequia alquilan para poder encerrar como en una cárcel esos magníficos vinos del lugar. Pues bien, una inscripción fechada en 1808 acredita la fecha de que ya en esta zona se mimaban los vinos como se hace ahora. Unos ciclistas australianos hacen el recorrido turístico por la zona y paran para tomar una bebida singular de zumo de uva, que es muy apreciada por su elemento medicinal: Burcak.




Nada más llegar nos ofrecen un vino achampañado seco, Charles Sealsfield; bastante bueno. Posteriormente probé los blancos y me parecieron, pese a su dulzor, de gran altura. Había también algunos rosados y en tintos el joven Blauburger de 2009, a 130 coronas checas, unos 6 euros la botella en bodega.

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