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viernes, 22 de febrero de 2013

Ética profesional periodística


Ayer tuve el placer profesional de participar en una jornada sobre la ética y deontología profesional en la sede de la Federación de las  Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), organizada por la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino, que preside mi buena amiga la enóloga extremeña Isabel Mijares.


            Fue ponente de la jornada Manuel Núñez Encabo, catedrático de Filosofía y Moral del Derecho y Ciencias Jurídicas por la Universidad Complutense de Madrid y Elsa González, presidenta de FAPE. El acto fue coordinado por José Luis Murcia, profesor universitario y miembro de los periodistas especializados en vinos.

Núñez Encabo es un personaje que entró en la historia reciente de España cuando el teniente coronel Tejero entró en el Congreso de los Diputados y se pronunciaba el nombre de Manuel Núñez Encabo para votar afirmativa o negativamente del nombre de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno de España. El entonces diputado socialista no pudo votar por entrar, con una pistola en la mano Tejero y gritando aquello: “Todo el mundo al suelo”. Eran las 18,22 horas del 23 de febrero de 1981.

Ayer la jornada fue mucho más tranquila en el Club Internacional de Prensa, donde la FAPE tiene su sede. Núñez Encabo en una lección magistral de ética afirmó que el ciudadano que reside en una sociedad libre y democrática exige informaciones veraces y plurales, una condición inmutable en nuestra España actual; los transmisores de los mensajes (los periodistas profesionales) han de tener una formación adecuada y darles una confianza a esos profesionales, pero esa fiabilidad procede del mundo de la ética.

Todo el debate procede por la utilización de las nuevas tecnologías por parte de personas que se autodenominan “periodistas ciudadanos”,  informando en blogs –sin confirmar las fuentes- y opinando con escasos conocimientos profesionales de temas concretos. Falta formación y especialización, que conlleva a una falta de ética en esas personas que usan el intrusismo como elemento distorsionante en la actuación profesional de los periodistas.

El grupo que conformaba el seminario dijo que no se estaba contra las nuevas tecnologías, contra los blogs, sino de que se utilicen estos nuevos sistemas para hacer lo que se llama “periodismo ciudadano”, algo que evidentemente no es periodismo.

Encabo concluyó que sin periodistas no hay periodismo y sin periodismo libre no hay democracia.

Más información: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/18/actualidad/1361216384_415069.html


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